Ya conocía este anécdota, pero nunca lo había visto narrado por el mismo Lynch. Realmente, a parte de pintor, escritor, músico, escultor de cuerpos desmembrados y alambres afilados… también tiene una ácido sentido del humor, al Comedy Club lo llevaba yo. Pero, conociendo a dedillo su obra, no creo que le produjese un dolor de cabeza tan atroz, figuradamente.
↧